La Libertad Religiosa y su Día Nacional Por: Carlos Alberto Baena López @Baena

El 4 de julio ha sido declarado en Colombia como el Día Nacional de la Libertad Religiosa y de Cultos. En esta fecha, así reconocida por medio del Decreto 1079 de 2016, el Gobierno Nacional, en articulación con entidades territoriales y del sector religioso, debe coordinar la realización de diferentes actividades de difusión y socialización sobre el respeto y la igualdad de religiones y cultos.

En realidad, es satisfactorio cómo en municipios y departamentos se ha asumido el día con responsabilidad, facilitando la generación de espacios para compartir, pensar y analizar el estado actual de esta Libertad Fundamental y proponer ideas para su desarrollo a corto, mediano y largo plazo.

Resulta necesario que el Estado asuma su papel protagónico en esta materia. De esta manera, el cambio normativo que se generó respecto del paradigma religioso desde la aprobación de la Constitución Política en 1991, podrá registrar avances más numerosos y consistentes, pues es imprescindible dar respuesta a las exigencias de la actualidad.

Por ejemplo: Las redes sociales, que bien usadas se convierten en herramientas de la mayor utilidad, son aprovechadas para promover y expresar intolerancia, llegando en algunos casos a convertirse en verdaderos discursos de odio, por causa de la religión. Es por ello que las instituciones y por qué no decirlo, la institucionalidad misma, está en plena capacidad de convertirse en agente de cambio positivo frente a los factores que hemos mencionado.

Cuando la Libertad Religiosa sea un concepto que haga parte de la vida diaria, el hostigamiento o la comisión de otros delitos contra las congregaciones religiosas y sus ministros de culto, será cosa del pasado; la Convivencia con Respeto empezará a ser una constante para el tratamiento de los asuntos cotidianos, en especial, aquellos que son fuente de controversia; actividades laborales o educativas, por ejemplo, no serán intervenidas ni diferenciadas por el hecho de profesar alguna religión, o no identificarse con ninguna en particular.

Es una tarea que a todos compete; una de aquella naturaleza en la cual cada persona puede participar desde una perspectiva constructiva, motivada por la certeza del carácter positivo que el resultado arrojará.

Entonces, ¿cuál es el camino adecuado para garantizar la Libertad Religiosa? Sin duda, una de las mejores vías es pensarla, vivirla y practicarla en términos de Igualdad, entre las religiones.

Columna publicada en el diario impreso:

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