50 años de cárcel por un ataque con ácido Por: Carlos Alberto Baena López

Carlos Alberto Baena López-miniaturaOcho días atrás, desde este mismo espacio compartimos algunas reflexiones, cuyo propósito principal era motivar a la acción, en contra de cualquier forma de violencia hacia la mujer, con ocasión del día internacional que hace recordar esta causa.

Por eso hoy, retomando en algo el tema, registramos con complacencia la decisión del Congreso de la República por medio de la cual convirtió en delito autónomo los ataques con ácido y elevó las condenas por esta conducta, que podrán ir hasta los 50 años de prisión.

Si bien es cierto que se trató de una decisión colectiva, que involucró actores sociales de diversa índole; entre los cuales hay que destacar el papel de los medios de comunicación, que en su labor ayudaron a mantener la relevancia de la discusión ante la opinión pública; en el Movimiento MIRA nos alegramos especialmente, pues hace más de 4 años nosotros radicamos por primera vez ante el Legislativo esta iniciativa. Luego, hubo 3 intentos fallidos antes de que se convirtiera en ley de la república. El clamor social que exigía medidas contundentes, fue esta vez más sentido y más oído que los argumentos de quienes creen incorrecto que un sistema penal incremente el castigo para evitar los delitos, prefiriendo otra clase de medidas. Y es que en términos generales, la nueva norma prevé que quienes cometan este tipo de delitos, tendrán que pagar una condena de hasta 50 años de prisión sin derecho a ningún tipo de rebaja ni beneficios por trabajo. Las multas podrán superar los 160 millones de pesos. La nueva ley también determina que el Estado, proporcionará toda la atención a las víctimas, como cirugías reconstructivas, tratamientos o atención sicológica, entre otras.

Sin duda, la prevención de la conducta punible es importantísima; la formación personal, social y ciudadana que evite que esta clase, y cualquier otra, de hechos irregulares se cometan, también lo es; pero lo que no se puede desconocer es que muchas veces las estrategias pedagógicas y culturales necesitan refuerzos legales de esta naturaleza, para ser más eficaces.

Es pues, un avance decidido encaminado a eliminar esta forma de violencia irreparable en contra de la mujer, que es la principal víctima de este tipo de delitos, pero que también es quien demuestra cada día más su fortaleza y compromiso para luchar porque en Colombia este delito no quede impune.

Columna en el Diario del Huila.com: VER QUI.

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