Indignación vs convivencia – La Crónica del Quindío

Autor: Carlos Alberto Baena Los hechos recientes en el estadio Centenario, durante los cuales algunos hinchas del Quindío invadieron el terreno de juego, antes de terminar el encuentro con el Cúcuta Deportivo, son muestra clara de la indignación y la insatisfacción que yace en el sentir de la fanaticada. Ahora bien, reconocer los fundamentos, no significa al mismo tiempo justificar los sucesos. Cuánto menos en este momento, cuando ya se dio a conocer la sanción mediante la cual el equipo perdió los puntos obtenidos en la cancha y la plaza fue suspendida por dos fechas. Corresponde entonces dejar varias reflexiones, y empezando por los protagonistas directos, vale insistir, aunque sea lugar común, que las vías de hecho puestas de presente en ese encuentro futbolístico, no son los caminos adecuados para expresar el malestar por el bajo desempeño del equipo. La afición quindiana, aunque haya padecido no pocas desazones por su afecto al onceno cafetero, debe ser ejemplo de comportamiento cívico, de tolerancia, de solidaridad y comprensión. Mujeres, niños, y adultos mayores también asisten al estadio y deben ser objeto de la protección de todos. También hay que señalar que lo sucedido pone al descubierto una evidente disminución, en términos de seguridad y prevención, del estadio Centenario. La cuestión aquí es que previendo esta clase de acontecimientos, desde el año 2009 el concejo de Armenia, con ocasión de una iniciativa del Movimiento MIRA, creó el comité local para la seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol. Por mencionar sólo una de sus funciones, que de haber actuado como conviene podría haber evitado el incidente, encontramos la de “garantizar mediante protocolos y reglas técnicas el ingreso, permanencia y salida de jugadores, aficionados y espectadores en los escenarios deportivos”. También interviene en la elaboración de los planes de contingencia. Con la invasión a la cancha, se evidenció no solo la debilidad de éstos, sino la baja operatividad del comité. El apoyo dado desde la alcaldía a este cuerpo ha sido escaso, y no se observa un interés por asegurar su buena operatividad, ni el cumplimiento de las facultades que le son propias.

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