El pasado 21 de marzo tuvo lugar el día internacional de la Eliminación la Discriminación Racial. En Colombia, el asunto resultó de especial importancia, debido a que hace poco más de dos años el Congreso de la República aprobó la ley 1482 que penaliza todo acto de discriminación, y se hacía necesario un análisis de su desarrollo.
Esta ley, de autoría del Movimiento Político MIRA, y que contó con un amplio respaldo de Senadores y Representantes, marcó un hito no sólo en el país, sino en la escena global, pues se trata de una norma de avanzada, que se toma en serio un problema que aqueja nuestra comunidades desde hace siglos.
Actualmente, se puede afirmar que en el país se han logrado muchos avances en cuanto a las oportunidades y la inclusión de la población afro en varios campos, pero al mismo tiempo, se pone en evidencia que en lo tocante al verdadero compromiso del Gobierno Nacional, y de la Ciudadanía, aún queda mucho por hacer.
En un país como el nuestro, en el cual la población afro representa, cuando menos, el 15% del total nacional, donde existen departamentos y municipios en los que se constituyen en verdaderas mayorías, todavía, se ven indicadores de discriminación y exclusión que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE y la Organización de las Naciones Unidas ONU, muestran que más del 61% de la población afrodescendiente vive en la pobreza y el 24,1% vive en la miseria.
Otros estudios afirman que solamente uno de cada cinco afrodescendientes puede ingresar a la universidad, y únicamente dos personas por cada centenar de esta población, consigue acceder a empleos de alta calificación.
Las condenas de 3 años de cárcel por este delito, así como las multas entre 10 y 15 SMLMV que consigna la ley son un precedente, pero es preciso ir más allá a favor de los afros, y de quienes son víctimas de discriminación.
En primer lugar, nos corresponde hacer un llamado a la Administración Nacional para que aplicando la ley, garantice, tanto la diferenciación constitucionalmente legítima a todos los ciudadanos, como la libertad y la certeza de no ser discriminados por ninguna razón.
Y en segundo lugar, tal vez lo más importante: Alzar nuestra voz en Colombia, y donde corresponda, promoviendo la Equidad, la Igualdad de Oportunidades y sobre todo, la Convivencia con Respeto.