Con frecuencia se escuchan argumentos a favor de la equidad de género provenientes de personas, instituciones y gobiernos. Como quiera que durante milenios, la mujer ha sido objeto de diferenciaciones injustificadas con base en el único hecho de su ser femenino, estos planteamientos siempre resultan bienvenidos porque ayudan a mantener visible y vigente una problemática cuya existencia es innegable.
Sin embargo, hay que preguntarse cuántas de esas palabras que comunican buenas intenciones, se traslada a resultados que involucren beneficios, traduciéndose en acciones concretas a favor de la mujer, para equilibrar las situaciones desventajosas. Entonces, cuando se mira con detenimiento, la conclusión obligada es que aún queda bastante por hacer desde el barrio o el municipio, hasta las políticas públicas y acciones de carácter nacional e internacional.
De nuestra parte, en el Movimiento MIRA estamos convencidos, no sólo ahora sino desde siempre, del importante rol de la mujer, que no se circunscribe a los campos dentro de los cuales ha sido históricamente confinada, sino en toda área susceptible de la acción y el conocimiento humanos.
En política por ejemplo, es imprescindible que la mujer cuente con oportunidades reales de acceder al poder público en condiciones de equidad y una vez allí, que pueda incidir en la construcción de las decisiones. Sabiendo esto, implementamos el “Sistema Cremallera” combinándolo con las listas cerradas. Esto significa que mujeres y hombres se alternan como candidatos en las listas del Movimiento. Así, cuando son elegidos, se mantiene la paridad en la composición final de los cargos a los que aspiraban.
De este modo se garantiza que la participación de ellas supere la “tercera parte” del total de la lista, que es el mínimo legal exigido en Colombia, y que los hombres, quienes cuentan con una posición tradicional en este campo, no opaquen a las mujeres en un esquema de lista abierta, conduciéndolas “sutilmente” a la exclusión política.
En MIRA, ellas también lideran de manera preferente las candidaturas y ocupan la mayoría de los cargos directivos del Movimiento.
Además, procuramos la proyección de estas buenas prácticas internas hacia otros escenarios, al promover constantemente variadas iniciativas legislativas a favor de los derechos económicos y civiles de las mujeres. Así, cuestiones como la equidad salarial entre géneros, las sanciones al feminicidio, o licencias de maternidad más amplias, hoy ganan espacio entre nosotros, gracias al respaldo normativo que las precede, el cual, años atrás, brillaba por su ausencia.
Columna publicada en el diario impreso: