Encontrarse con el cotidiano escenario de violencias que cobija a nuestro país, es a todas luces, preocupante. Sin ser un indicador científico, basta con observar los noticieros o la prensa, para caer en la cuenta del altísimo número de titulares con las palabras muerte, asesinato, abuso o ataque.
Una entre esas, latente y fría, que sucede todos los días y de las que Colombia aún no se ha podido desligar, es el abuso sexual contra menores.
En cuidados intensivos y con múltiples muestras de maltrato quedó un pequeño de 2 años que según las autoridades fue víctima de abuso, en Cota, Cundinamarca. Al parecer, el ataque fue perpetrado por su padrastro, un joven de 23 años, bajo la complicidad de la madre del menor.
Casos como estos, le dan la razón a las cifras, que siguen en aumento. Según Medicina Legal, cada hora una niña es víctima de abuso sexual en Colombia. 17.660 casos de violencia sexual contra menores, fueron reportados según el ICBF hasta diciembre del año pasado. Hay aproximadamente 44,30 casos por cada 100.000 habitantes y lo peor, es que casi siempre, los crímenes siguen cometiéndose por miembros del mismo entorno familiar de las víctimas: padres, tíos, primos, padrastros.
Es sumamente pesaroso que, además de lo que hemos mencionado, jóvenes y jovencitas, menores de 25 años, estén involucrados en calidad de victimarios: Hurto, asesinato, matoneo, pandillismo, inseguridad, microtráfico o consumo de substancias prohibidas, es lo que vemos permanentemente. La sociedad entera está llamada a inquietarse, a reflexionar, y a reaccionar ante esta situación.
La Violencia no solo abarca los combates en la selva, o los atentados que ocurren en las ciudades. Hay violencias que se generan por el escaso compromiso gubernamental; otras aparecen por la falta de educación, la falta de respeto y el mal ejemplo en las familias, que afectan de manera muy sensible a niños y jóvenes.
Entonces, al margen de los hechos que se han presentado, este escrito pretende generar reflexión, motivar interrogantes, e invitar a la acción. ¿Qué sucede en la infancia y adolescencia de nuestro país?, ¿qué se queda en sus corazones para que actúen así?, ¿por qué a tantos jóvenes y adultos les resulta indiferente ser los victimarios? Por el ayer, por el mañana; por ellos, por nosotros; por el bien, por la paz, por el respeto.. hay que encontrar las respuestas.
Columna en el Diario del Huila: http://www.diariodelhuila.com/opinion/las-violencias-en-colombia-reflexion-y-accion-cdgint20150825002044147
Versión impresa:
Encontrarse con el cotidiano escenario de violencias que cobija a nuestro país, es a todas luces, preocupante. Sin ser un indicador científico, basta con observar los noticieros o la prensa, para caer en la cuenta del altísimo número de titulares con las palabras muerte, asesinato, abuso o ataque.
Una entre esas, latente y fría, que sucede todos los días y de las que Colombia aún no se ha podido desligar, es el abuso sexual contra menores.
En cuidados intensivos y con múltiples muestras de maltrato quedó un pequeño de 2 años que según las autoridades fue víctima de abuso, en Cota, Cundinamarca. Al parecer, el ataque fue perpetrado por su padrastro, un joven de 23 años, bajo la complicidad de la madre del menor.
Casos como estos, le dan la razón a las cifras, que siguen en aumento. Según Medicina Legal, cada hora una niña es víctima de abuso sexual en Colombia. 17.660 casos de violencia sexual contra menores, fueron reportados según el ICBF hasta diciembre del año pasado. Hay aproximadamente 44,30 casos por cada 100.000 habitantes y lo peor, es que casi siempre, los crímenes siguen cometiéndose por miembros del mismo entorno familiar de las víctimas: padres, tíos, primos, padrastros.
Es sumamente pesaroso que, además de lo que hemos mencionado, jóvenes y jovencitas, menores de 25 años, estén involucrados en calidad de victimarios: Hurto, asesinato, matoneo, pandillismo, inseguridad, microtráfico o consumo de substancias prohibidas, es lo que vemos permanentemente. La sociedad entera está llamada a inquietarse, a reflexionar, y a reaccionar ante esta situación.
La Violencia no solo abarca los combates en la selva, o los atentados que ocurren en las ciudades. Hay violencias que se generan por el escaso compromiso gubernamental; otras aparecen por la falta de educación, la falta de respeto y el mal ejemplo en las familias, que afectan de manera muy sensible a niños y jóvenes.
Entonces, al margen de los hechos que se han presentado, este escrito pretende generar reflexión, motivar interrogantes, e invitar a la acción. ¿Qué sucede en la infancia y adolescencia de nuestro país?, ¿qué se queda en sus corazones para que actúen así?, ¿por qué a tantos jóvenes y adultos les resulta indiferente ser los victimarios? Por el ayer, por el mañana; por ellos, por nosotros; por el bien, por la paz, por el respeto.. hay que encontrar las respuestas.
Columna en el Diario del Huila: http://www.diariodelhuila.com/opinion/las-violencias-en-colombia-reflexion-y-accion-cdgint20150825002044147
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