Odio: abismo global Por Carlos Alberto Baena López

Carlos Alberto Baena López-miniaturaEs paradójico que justamente en vísperas de la Semana por la Paz que a instancias de la Organización de las Naciones Unidas ONU, es llevada a cabo en Ginebra (Suiza), se presenten hechos que atemorizan y conmueven al mundo entero. Lo que ha sucedido en París, que es del mayor impacto y gravedad; como también lo es que en “la otra orilla” mueran, también por centenares, seres humanos a raíz de las medidas militares que se han desatado como consecuencia; debe mover la conciencia del mundo entero, para reflexionar sobre los horrores de la guerra, pero yendo más allá, pensando en las condiciones sociales y económicas que les dan lugar. Es necesario en estos momentos de crisis mundial, pensar con “cabeza fría”. Coincidimos en que es, como ya algunos lo vienen anunciando, un error, incendiar las bases ciudadanas con discursos apoyados en los distorsionados sentimientos mal llamados “nacionalistas”, que tanto daño le han hecho a los seres humanos, a lo largo de la historia. Es preciso tomar las lecciones que el pasado ha dejado en este sentido. Tampoco creemos que sea el momento de generalizar el rechazo al extranjero, mucho menos en cuanto que desde Europa, se vienen implementando acciones afirmativas, solidarias y dignas de la mayor consideración, para favorecer a miles de familias que, huyendo de la guerra, empezaban a encontrar acogida y mejores oportunidades. Es necesario persistir en tan significativos proyectos. Pero de la mano de lo anterior, existe un tercer asunto al que no se le debe dar lugar: El del Odio Religioso. Hay quienes afirman que existe un “fundamentalismo”, o dicho en términos más sencillos un “fanatismo”, religioso, que ha servido de base para que esta clase de actos sean perpetrados. Independientemente de la certeza o no de tales aseveraciones, mal haría la sociedad en generalizar, de manera prejuiciosa, a quien practica determinada confesión de fe, como si todo un grupo humano, fuese el responsable del desacierto de unos pocos. Antes bien, pocas cosas ejemplifican mejor la Convivencia con Respeto, que ese sentimiento en el corazón de aquel ser que, siendo minoría dentro de un conglomerado, no siente temor ni inseguridad algunos por causa de aquello que lo hace diferente: Su nación, su etnia, su religión. El nacionalismo, la xenofobia y el odio por causa de la religión, son tres caminos por los que no se debe transitar. Columna en el Diario del Huila:http://www.diariodelhuila.com/opinion/tres-caminos-intransitables-cdgint20151117073723135

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