Una Preocupación Global Por: Carlos Alberto Baena López

Hace tan sólo unos días, el mundo entero se unía a las voces de rechazo por causa de los atentados que cobraron la vida de decenas de personas, perpetrados en Bruselas, la capital de Bélgica. Las imágenes, los testimonios de los sobrevivientes, y las sentidas reacciones colmaron redes sociales y medios de comunicación por todo el planeta.

Sin embargo, pocos días después, y hasta el pasado domingo, se registraron hechos características similares en otros dos lugares del planeta. Uno en Irak, y el más reciente en Pakistán. Sin embargo, el repudio de la comunidad internacional no ha sido, ni por asomo, cercano a lo que se suscitó respecto de Bruselas.

Todos estos, son hechos lamentables. No solamente por causa de las acciones violentas y del terror que ellas implican, sino también por las consecuencias que aparecen después, generando más acciones de odio, segregación y discriminación.

Por ejemplo, preocupa cómo Europa, y en general el mundo entero, puede señalar negativamente a millones de personas; miles de ellos son desplazados por la guerra, despojados de sus aspiraciones y abandonados en tantos sentidos; por el simple hecho de profesar una creencia religiosa diferente a la que es mayoritaria en otro sector de la tierra, y que caracteriza, además, una cultura y un modo de vida escogido en muchos países.

No es menos inquietante, de otra parte, que el discurso de Odio Religioso, continúe su escalada violenta, llegando a extremos como el de Pakistán. En este evento, igualmente grave y lamentable, la causa del ataque fue justamente la de emprender una acción en contra de quienes en ese país, son la minoría religiosa: los cristianos.

Entonces, mal haríamos en “acostumbrarnos”, a que esta clase de infortunios se presenten en ciertos lugares, y, en cuanto cambian los protagonistas o las latitudes, expresar enérgicamente todo nuestro rechazo. Tampoco, como humanidad, deberíamos “habituarnos” a que la Religión, cuyo mensaje es esencialmente constructivo y pacífico, sea desfigurada cuando se la toma para mostrarla en apariencia bien como víctima, o victimaria, de cuestiones tan funestas.

Es por ello que insistimos en la importancia de tres cosas: Las Libertades Religiosa o de Creencia, de Culto y de Conciencia, deben ser amparadas; el diálogo entre culturas, confesiones y congregaciones debe fortalecerse y; la educación orientada hacia el pluralismo religioso, debe ser parte de la agenda de las naciones. Reduciendo el desconocimiento, se construye Convivencia con Respeto.

Columna en el diario impreso:

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